Adoptar hábitos saludables es más que una serie de actividades; es un estilo de vida que requiere atención y constancia.
Desde el momento en que nos despertamos hasta que nos preparamos para descansar, nuestras elecciones y rutinas pueden influir en nuestra energía, bienestar y equilibrio mental.
A continuación, exploraremos algunos hábitos clave que pueden ayudarte a conectar contigo mismo, mejorar tu salud física y mental, y llevar una vida más consciente y plena.
1. Madrugar: un momento de paz y conexión
¿Qué tiene de especial madrugar? La tranquilidad del momento.
Todo está en silencio y te permite conectar contigo mismo. Es un momento de paz.
Personalmente, me despierto alrededor de las 5 de la mañana y tengo unas dos horas para preparar mi día en calma.
2. Ayuno: energía y descanso digestivo
No comer hasta el mediodía es una práctica que he adoptado.
Ceno pronto y hasta las 12:30 del día siguiente no como nada. Así logro ayunar unas 16 horas. Esto le da la oportunidad a mi sistema digestivo a descansar. Además, mi nivel de energía corporal fluye mejor.
Lo que sí hago es tomar por la mañana mi limón exprimido en agua con sal. Necesitamos tomar bastante sal a lo largo del día, porque nos aporta esos electrolitos necesarios para que nuestra energía interior sea más conductiva.
Importante tomar también magnesio. Una buena concentración. Y un café o té a media mañana sin leche ni azúcar. Lo suelo tomar después de entrenar.
3. Ejercicio diario: fuerza y movilidad
El ejercicio diario es imprescindible. Con media hora es suficiente, pero es importante trabajar tanto la fuerza como la movilidad. No hay excusas.
Yo entreno cada día por la mañana en ayuno. Y no pasa nada.
Trabajo prácticamente con mi propio cuerpo y en conciencia. Me enfoco no en las repeticiones, sino más bien en la movilidad y la ejecución correcta del movimiento.
Me concentro en atender a las necesidades de mi cuerpo.
4. Comer poco: alimentación natural y equilibrada
Debes comer lo suficiente, y quedarte siempre con hambre. Así no saturamos el sistema digestivo. Y entre cada ingesta deben transcurrir por lo menos 3 horas.
Es importante cuidar mucho nuestro sistema digestivo, el estómago debe ser muy ácido, mientras que los intestinos son alcalinos para la absorción de los alimentos.
Si hablamos de nutrición, yo sólo como alimentos naturales, no procesados. Carne, pescado, pollo, huevos, algo de verdura y algún que otro fruto seco. Nada más.
Hay que tener en cuenta que la verdura y las frutas son un 80% agua, si tomas mucha, te hinchas y acabas perjudicando tu sistema y tus células.
5. Agradecer: cultiva la gratitud y el amor propio
Da las gracias por lo que tienes.
No te centres en pensar y malgastar tu atención en aquello que careces.
Sé consciente de tus pensamientos. Jamás te juzgues ni te menosprecies.
Tú eres la persona más importante para ti misma, así que reconócete, cuídate, mímate, quiérete y atiende a tus necesidades.
“Como es adentro, así es afuera”. Si te das amor, lo recibirás.
6. Respiración: tu conexión con el exterior
Atiende siempre que puedas a tu respiración. Es la conexión directa con el exterior.
Calma si lo necesitas tu respiración. Inhala por la nariz y exhala lentamente por la boca. Puedes practicar las respiraciones de diafragma o hinchando la barriga.
7. Descanso: la importancia de prepararte para dormir
Por último, acuéstate pronto y dos horas antes deja a un lado el móvil o cualquier pantalla.
Lee, habla, juega o invierte tu tiempo en familia. Pero es importante que te prepares en tranquilidad para el descanso.
Si lo haces verás que duermes mucho mejor. Y un buen descanso es vital, es reparador.
En resumen, incorporar hábitos saludables en el día a día no solo mejora nuestro bienestar físico, sino que también nos ayuda a cultivar una mayor conexión y equilibrio mental.
Con hábitos como madrugar, hacer ejercicio, cuidar la alimentación y agradecer, podemos experimentar una vida más plena y consciente.