El miedo no es real.
Si no lo crees así, vamos a analizar la realidad. Supongamos que de repente te encuentras en una situación de alerta. Sientes el peligro en este momento. Y percibes las sensaciones físicas de alarma, que te invitan a huir, a defenderte o a esconderte.
Estamos hablando del modo supervivencia. Algo muy necesario e imprescindible.
¿Qué es el miedo y cómo lo percibimos?
Por otro lado, hablamos de una creencia que reconocemos como miedo.
Suele aparecer cuando viajamos por la línea temporal. Recordando o presuponiendo. Pasado y futuro, dos conceptos mentales que no podemos experimentar, pero que nos condicionan casi a diario.
Pero no dejan de ser pensamientos que aparecen en nuestra realidad, por programación mental, y que nos hacen sentir aquello que reconocemos como miedo.
El impacto del miedo en nuestra realidad
Lo peor de todo es que:
- Llegamos a identificarnos con ese miedo.
- Nos atrapamos en pensamientos y sentimientos que:
- Determinan nuestra realidad.
- Nos sumergen en preocupaciones, la mayoría de las veces infundadas.
Y estas creencias limitantes nos mantienen atrapados en una espiral de preocupaciones, la gran mayoría de veces infundados, pero que determinan nuestra realidad.
OLOM: Una práctica para enfrentar el miedo
Por esto mismo, OLOM es una práctica que se centra en distinguir lo que es real, tu experiencia frente a tus creencias.
No somos conscientes de cómo estas limitan nuestra vida. Hasta tal punto, que vivimos bajo el jugo de unos miedos que en la gran mayoría de supuestos son imaginarios.