Tu peor enemigo
Tu peor enemigo no es tu jefe, ni tu compañero de trabajo, ni el policía, ni el político de turno, ni tampoco tu pareja. Tu peor enemigo eres tú mismo. En concreto, tu actividad mental.
Esta funciona atendiendo a tus conexiones neuronales formadas en el cerebro. La mente es un potente “ordenador cuántico” que nos permite experimentar la vida y cuya prioridad es la supervivencia.
Se ha formado a través de nuestras experiencias y aprendizajes, sobre todo de aquellos que se han visto reforzados por una emoción de gran impacto.
Por ejemplo, de pequeño viviste reiteradas veces la afirmación:
“Esto no es para ti, deja de soñar, y céntrate en hacer lo que debes.”
Además, lo experimentaste junto a la emoción de miedo, lo cual te ha condicionado de tal manera que tu cerebro ha constituido la idea de ser obediente, atender a las normas e imposiciones, y no arriesgar.
¿Qué sucede entonces?
Cuando te encuentras frente a una situación que suponga salir de lo establecido, de lo conocido, entonces salen tus alarmas internas de “protección”. Sientes pánico para que te mantengas en la creencia establecida.
Cómo tus creencias te condicionan
Porque son tus creencias las que te condicionan. Y además, en la mayoría de casos no eres consciente de cómo te frenan. Y aún hay más.
Tu realidad es un reflejo de tu actividad mental. Ves el mundo bajo tus patrones de creencias. Y entonces caes en el impulso de juzgar, pretender controlar, manipular y reprimir.
Además, te expresas atendiendo a tus baremos internos y eso que piensas y dices, hace que sientas en coherencia, generando un impacto tanto en ti mismo como en tu entorno próximo.
Si vives de una manera concreta y de forma prolongada, tus vibraciones poco a poco irán incidiendo tanto en tu realidad como en tu físico.
Tú eres el creador de tu vida
Por esto mismo, podemos llegar a afirmar que eres el creador de tu vida.
Cómo piensas, sientes, te expresas y vives, viene determinado por tu actividad mental, ya constituida, y que influye en tu presente. En este sentido, este no es más que un producto de tu pasado.
Si pretendes modificar tu realidad, como por ejemplo para ser feliz, empieza por reconocer quién eres, qué no eres, qué es real y conoce cuál es la naturaleza misma de la vida.
Si llegas a experimentar lo expuesto, serás capaz de crear material desde tu esencia y a voluntad. Pero antes tienes que reconocer que todo, todo empieza por ti.